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lunes, 15 de abril de 2013

María, alumna del Colegio San Agustín nos cuenta su experiencia Confint

Por fin llegó el día de la Ponencia o de la Confint, como prefieran llamarlo. Todo comenzó a las 8:30 de la mañana, en clase todos hablando sobre qué iban a decir o cómo y mis nervios comenzaron a aparecer, cuanto más se acercaban las nueve y media más crecían y empecé a ver a todos los niños desde primero de primaria, que he de decir que me enamoraron en el primer instante, mis nervios no paraban de crecer. “¡Hasta ellos lo harán mejor que yo!”- no me paraba de repetir. Entramos a la sala de audiovisuales y vimos a todos sentados y todos con nuestras acreditaciones que nos daban un aire de ligera importancia, también había cinco personas que no las habíamos conocido nunca, pero que tras combatir la primera impresión y conforme pasaba la mañana las sentimos más cercanas, como si siempre hubieran estado allí.
Y al fin llegó el momento, las ponencias comenzaron, mis compañeros eran los terceros, pero yo era la séptima por lo que mis nervios no disminuían sino que aumentaban cada vez más. Empezaron nuestras compañeras de cuarto con el tema Entorno Natural, continuaron los niños de Primaria, que destacaron y nos enamoraron a todos con su desparpajo natural. Fueron explicando y saliendo todos los alumnos que se encontraban allí y cada uno lo hizo estupendamente, notaba como la sonrisa no se podía borrar de mi cara, al ver como explicaban cada uno de los problemas de una forma u otra. He de confesar que llegué a sentir orgullo de todos ellos, sobretodo cuando salieron mis compañeros, como es natural. Cuando me llegó el turno me dí cuenta de que al fondo de la sala había un señor con bigote y dos personas más a las que no conocía, supuse que eran personas importantes y así fue, venían del Gobierno de La Rioja, entonces fue cuando mis nervios alcanzaron su estado máximo. Mi compañero Medina, comenzó a explicar la movilidad y yo continué explicando los principales problemas, en cada frase intentaba convencer a todos los que se encontraban allí de que era un gran problema y noté como mis nervios desaparecieron al acabar. Tras todo esto vinieron una serie de actividades donde elegimos los problemas a tratar, y cómo solucionarlos, y es que yo no paraba de repetirme la misma pregunta “¿Cómo solucionamos los problemas de movilidad y residuos?”, pero las respuestas llegaron cuando todos nos unimos en pequeños grupos y finalmente, se establecieron cuatro soluciones, con las que algunas no estaba de acuerdo, pero acabé convencida porque todos los que estaban allí desde los más pequeños hasta los más mayores daban sus argumentos ya fueran a favor o en contra. Y para finalizar vinieron las votaciones para elegir a los delegados, yo tenía muy claros mis dos votos y fueron para los que más desparpajo tenían. En el recuento he de reconocer que por una parte sentía que quería salir pero por otra no lo quería en absoluto, en fin sentimientos que se contradicen. Cuando comenzaron a decir los delegados, ni me imaginaba que yo estaría entre ellos, era imposible que entre todos lo que había allí yo saldría, pero finalmente junto con tres compañeras más de la E.S.O y dos compañeros de Primaria salimos a la tarima y entonces sí ahí estábamos los delegados que iríamos a Logroño, me sentía muy feliz y contenta, aunque por otra parte no creía que me hubieran elegido. Para concluir quiero decir que fue un día muy especial, raro, extraño, diferente, pero sobre todo bonito.

MARÍA
 1º DE BACHILLERATO

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