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lunes, 24 de mayo de 2021

7 Saberes de la Educación Ambiental para la Escuela (IV)*: Enseñar la identidad Terrenal


*Serie de entradas del blog con las reflexiones de Marta, docente veterana del proyecto CEHS en el CEIP San Francisco, a raíz de su participación en el Curso "7 Saberes de la Educación Ambiental para la Escuela" de la Universidad de Verano del País Vasco, dirigido por nuestro compañero de ESenRED, Jose Manu Gutiérrez Bastida. El hilo conductor del curso fue el enunciado de los "7 Saberes necesarios para la Educación del Futuro" de Edgar Morin (1999), que sirve para ir desarrollando su pertinencia actual en cuanto a la Educación Ambiental por sendos invitados, todos ellos referentes en su campo.

A continuación están las reflexiones de Marta y al final, la carta de presentación de la ponente, con enlaces de interés. Buscamos con esto la posibilidad de una reflexión compartida "en diferido" a través de una compañera docente de la red, por un lado, y el dar a conocer a pensadores de la Educación Ambiental que incrementen nuestro "fondo de armario" educativo para los técnicos y docentes que estamos en el Proyecto CEHS.


 “SOMOS VIDA, SOMOS NATURALEZA, SOMOS RADICALMENTE ECODEPENDIENTES”

La crisis planetaria actual nos lleva al suicidio de la humanidad. Creo que todas y todos los educadores partimos de que la educación es la mejor herramienta para cambiar esta situación y por ello, como venimos diciendo en anteriores reflexiones, es el momento de asumir esta responsabilidad.

De esta forma, Edgar Morin nos propone como saber necesario para la educación ENSEÑAR LA IDENTIDAD PLANETARIA, puesto que todos los seres vivimos en una misma comunidad de destino, siendo pertinente para ello el desarrollo de la conciencia planetaria, a la par que la conciencia ecológica, teniendo en consideración las leyes de la biosfera.

Así, Morin introduce el pensamiento sistémico y complejo en la educación, lo cual es fundamental para entender quiénes somos y las relaciones existentes, recentrando el conocimiento y la ciencia, basada en el modelo de desarrollo capitalista donde el sistema productivista ha hecho conceptualizar los elementos de la naturaleza como bienes al servicio y utilidad del ser humano, interpretando lo vivo con la lógica de las cosas muertas, como señala Yayo Herrero en su ponencia del curso “Los siete saberes de la educación ambiental en la escuela”. Esto nos hace ver que en la escuela estamos reproduciendo aprendizajes en contra de nuestra propia supervivencia, por lo que es urgentemente necesario pasar de esta visión utilitarista de la naturaleza a sentir que dependemos de ella para vivir.

Es por ello, que para contribuir a desarrollar la identidad terrenal en nuestro alumnado tenemos que tener en cuenta dos variables:

  • Que somos ecodependientes, sintiendo que no hay vida sin naturaleza y además ésta tiene límites.

  • Que además, vivimos en un espacio íntimo, como es nuestro cuerpo, que también tiene límites y necesidad de cuidados.

Desde la educación ambiental se asume esta responsabilidad y contribuye a ayudar a retejer estos vínculos con la tierra, nuestros propios cuerpos, con las personas…intelectual, conceptual, pero sobre todo, afectivamente, partiendo de que nuestra vida no es una certeza en sí misma, si no que es una posibilidad que se hace certeza con las y los demás. Necesitamos saber y sentir que somos parte de la tierra, para cuidarla y cuidarnos.

Y para ponerlo en práctica en nuestras escuelas, debemos REVALORIZAR LA EXPERIENCIA DE LO VIVO, pudiendo articular nuestras programaciones curriculares en torno a la VIDA. Teniendo en cuenta que partimos de una comprensión errónea del mundo, favorezcamos desde la educación la reconceptualización del mismo, a través de prácticas reflexivas y experienciales donde el conocer, aprender y valorar las diversas formas de vida sea la base del proceso:

  • Nuestra vida y todo lo que nos atañe, como la alimentación, el crecimiento, la enfermedad e, incluso, la muerte.

  • Los elementos de los que dependemos y que nos posibilitan vivir: el sol, el agua, el aire, la tierra…conocerlos en sí mismos y como a partir de ellos se organizan las comunidades, su uso y mal uso, y las desigualdades generadas, desenmascarando prácticas violentas.

  • Los animales y resto de especies, que nos acompañan en la vida, fomentando el respeto hacia ellos y la denuncia de su maltrato.

  • Englobando lo anterior con el aprender a CUIDAR, a nosotr@s, a l@s compañer@s, a los seres vivos, a la naturaleza… como práctica esencial para valorar la vida.

  • Y todo ello partiendo del vínculo con el entorno próximo y cercano, haciéndonos responsables de este territorio y tejiendo vínculos comunitarios, alentando la diversidad teniendo en cuenta a todas y todos, para hacerlo posible. De esta manera, nuestros niños y niñas aprenderán haciendo y sintiendo, experimentando la alternativa en el propio contexto educativo, lo que nos permitirá reparar el vínculo con la tierra y las demás personas y seres.

Ahora bien, esto será posible si nosotras y nosotros como educadores nos lo proponemos y atendemos a la emergencia existente. Tenemos las claves para hacerlo; en nuestras manos está el asumir la responsabilidad y aprovechar el momento. Y así les recordamos a nuestros alumnos y alumnas en las Confints escolares:

“SI NO ES AHORA, ¿CUÁNDO?

SI NO SOMOS NOSOTR@S, ¿QUIÉNES?”

Sobre la ponente:

Yayo Herrero (Garúa). Antropóloga, Educadora Social e Ingeniera Técnica Agrícola; ha sido profesora-colaboradora de la Cátedra Unesco de Educación Ambiental y Desarrollo Sostenible (UNED); socia fundadora de Garúa S. Coop.

Es autora y coautora de más de una decena de libros relacionados con la ecología social y de numerosos artículos; miembro del consejo editorial de Hegoa y de los consejos de redacción de Ecologista y Papeles.


Enlaces de interés:

Ecologismo: Una cuestión de límites

El ser humano: Parte inteligente y consciente de la Tierra.

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