En seguida llegarán las navidades, un periodo en el que las compras se multiplican y los envases y plásticos que cada uno consumimos también. En CEHS prestamos especial atención a la adaptación a la reducción, reciclaje y reutilización de residuos en nuestros centros.
Así conseguimos una mejora el ambiente escolar y la acción empodera a los alumnos para remediar su entorno más inmediato. La pandemia debida al virus SARS-Cov-2 (Covid-19) nos ha legado un aumento del consumo de plásticos y residuos, en parte por el consumo de mascarillas y por orientar a la ciudadanía a la compra de comida envasada.
Este es un tema que fue revisado y tratado por los propios jóvenes en la Confint Autonómica de La Rioja, y aunque parece haberse recuperado la normalidad (triste normalidad) en el consumo de plásticos, todavía merece especial atención. Recientemente la Unión Europea ha prohibido los envases de un solo uso, pero a nuestro modo de ver, no es oro todo lo que reluce.
 |
| Envases de un solo uso acumulados. |
La batalla contra los envases de un solo uso está aún lejos de ganarse. A pesar de la resolución del Parlamento Europeo en la que este tipo de envases (cuyo caso arquetípico es una bolsa de patatas fritas o una botella de refresco) quedaban prohibidos, la industria sigue operando igual dado que las negociaciones con el Consejo de Europa resultan difíciles para especificar las condiciones de “un solo uso”.
Y es
precisamente en esta denominación de “un solo uso” donde las marcas y los
representantes de la industria de diversos países encuentran una fuente de
recovecos legales para continuar operando como lo han hecho hasta ahora.
Hecha la ley, hecha la trampa
Otro de los planteamientos se hace en base a los yogures, que se venden en packs por lo que no se considerarían de un solo uso sino de varios usos en un espacio de tiempo. Los globos, las pajitas, tienen menos posibilidades de continuar en nuestro mercado.
Algunos expertos, como Justine Maillot de Rethink Plastic consideran que definir las bolsas de patatas fritas como artículos de más de un uso no tiene sentido, dado que el plástico terminaría contaminando igualmente. Para la industria supondría hacer envases más grandes, pero no se solventaría el problema.
La difícil definición de plástico
En la fabricación
del plástico a menudo se utilizan celulosa y otros productos vegetales, por lo
que estos plásticos como la viscosa o el celofán quedarían excluidos. El
mercado simplemente se reorientaría hacia esos materiales, una vez más sin
abordar el problema: Cambiar la cultura de usar y tirar y la obsolescencia programada.
¿Existe solución?
En
principio, una de las grandes soluciones es una vieja conocida a la que algunas
grandes superficies ya se están adhiriendo: La compra a granel, que se sigue
practicando en comercios minoristas. Pero algunos productos como las ensaladas
para llevar, o las patatas fritas son de un solo uso. Su concepto como producto
exige que sean de un solo uso.
Un problema inesperado
“Éramos pocos y parió la abuela”. Así de contundente es nuestro refranero, pero no menos lo ha sido la realidad. 2020 es sin duda uno de los grandes momentos de los plásticos de un solo uso.
La pandemia de Covid-19 y las mascarillas con las que
nos protegemos del contagio que no son reutilizables entrarían en la categoría
de prohibiciones de la UE. Por lo tanto… ¿Tendría sentido para nuestros dirigentes aplicar de forma
inmediata una normativa que las excluye?
Los años pasan y aunque se intentan dar paso, seguimos atascados en este gran laberinto en el que nos empezamos a meter en la década de 1950.
No hay comentarios:
Publicar un comentario