El ruido es uno de los temas que tratamos en CEHS en los procesos de adaptación de nuestros centros a la sostenibilidad. Es de sobra conocido que el ruido provoca estrés, y que sonidos como las tradicionales "sirenas del recreo " o los timbres de despertadores no hacen sino fatigarnos y molestarnos. Asimismo el frecuente ruido de las mesas ha sido otra constante durante décadas en los centros, lo que contrasta con el silencio buscado, por ejemplo, en una biblioteca.
Nuestros jóvenes están expuestos a estos ruidos, sumados a los de los cada vez más comunes ambientes urbanos, y uno menos conocido pero igual de importante: Las consecuencias de la "Guerra del Sonido" en la industria musical, que hace que las producciones suenen cada vez más altas a igual volumen del dispositivo, por lo que los oídos quedan resentidos. (¿Y acaso no son las personas jóvenes las que más música consumen a diario?)
La infertilidad masculina es un asunto que preocupa desde hace algunos años. Varias con las causas a las que se ha tratado de atribuir este descenso en la fertilidad con el paso de las décadas, pero recientemente, estudios de la Universidad Nacional de Seúl parecen arrojar luz sobre un tema a menudo ignorado: El ruido.
La complicada
historia de la infertilidad
Desde 1973, la fertilidad
masculina se ha visto reducida en un 50%. Estas alarmantes cifras han sido
atribuidas a diferentes causas. Éstas hipótesis son tan variadas como el uso de ropa interior ajustada o los pantalones vaqueros que acercarían los testículos
al cuerpo impidiendo mantener su temperatura, o debido a los disruptores endocrinos que encontraríamos en los envases en los que la comida se vende en los supermercados.
Como vemos, el ruido no se cita habitualmente. |
Evidentemente, el mundo ha cambiado desde 1973 y el auge
de la sociedad de consumo ha provocado que muchas de las toxinas y disruptores
endocrinos se hayan filtrado a través de los alimentos, el agua, el aire, o los
envases. Pero no todo podría deberse a sustancias químicas como tal.
El mundo fue un lugar relativamente silencioso hasta la aparición de los anfibios, los primeros animales terrestres con tímpanos y con la teórica capacidad de emitir sonidos. Sin embargo, el mundo es hoy un lugar más ruidoso que antes, y tampoco hemos prestado la suficiente atención a este factor, sobre todo después de la generalización del motor de explosión. Por ello, aunque sea difícil sacar conclusiones, los tests en animales no dejan lugar a equívocos.
El ruido, inesperado responsable según algunos estudios
Recientemente un estudio de la Universidad Nacional de la
República de Korea del Sur dirigido por el profesor Jin- Young Min, ha medido
la afectación de infertilidad de diferentes hombres y los ha relacionado con
factores como el tabaquismo, la alimentación y el ruido, asociando este último
al código postal. (Hay zonas más y menos ruidosas).
El estudio concluye de forma
significativa que aquellos hombres expuestos durante largo tiempo a ruidos
constantes en los periodos de descanso superiores a 55 decibelios presentaban
tasas de infertilidad mayores. Para que nos podamos hacer una idea, 55
decibelios equivalen a algunos electrodomésticos como aspiradoras o
batidoras no muy ruidosos, una concentración de gente en la calle, una oficina
con mucha actividad, tráfico de una calle transitada, una televisión a volumen
medio, o en general, un volumen que es fácil encontrar en ciudades densamente
pobladas a cualquier hora del día.
Así pues, el investigador jefe de
este proyecto se expresa en los siguientes términos:
"Uno de los mayores problemas que enfrenta el mundo hoy en día es la contaminación ambiental; mi preocupación especial es lo que Theo Colborn describió en su libro Our Stolen Future: que la rápida disminución en el conteo de espermatozoides de los hombres en el siglo XX se debió a la contaminación ambiental", comenta. "Si esta tendencia continúa, los humanos en el futuro no podrán tener un embarazo y un parto normales. Si eres hombre y sufres de infertilidad, debes considerar la exposición a la contaminación ambiental como un factor de riesgo".
Es por ello por lo que el ruido
debería constituir una preocupación ambiental de los gobiernos y en general de
la sociedad moderna, que actualmente se enfrenta a una crisis climática sin
precedentes, y que vemos que está afectando a todos los niveles de nuestra
vida.
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